El problema de las universidades de derecho en España

El problema de las universidades de derecho en España

En principio, cuando con 18 años nos matriculamos en la carrera de Derecho, los alumnos buscamos aprovecharnos de una formación jurídica básica que comprende tanto los conocimientos teóricos sobre la legislación como las herramientas metodológicas necesarias para poder interpretarla y aplicarla. Teoría y práctica. Esta es la idea básica de cualquier formación superior en cualquier disciplina del conocimiento.

 

Ahora bien, la formación jurídica no escapa al viejo enfrentamiento entre la teoría y la práctica. En el ámbito educativo la teoría y la práctica constituyen dos realidades autónomas que gestionan conocimientos de diferente envergadura y se desenvuelven en contextos también distintos (la universidad y la escuela, generalmente), encontrándose en una situación de permanente tensión: se necesitan y se justifican mutuamente, sin embargo, con frecuencia se ignoran la una a la otra, siendo esta quiebra una de las principales fuentes de problemas para los procesos de enseñanza-aprendizaje.

Todo el que ha cursado la licenciatura de Derecho en España, sabe que nuestras universidades pinchan en el lado práctico. Es algo que se ha dicho desde siempre. Y es que no podemos explicar la teoría sin la práctica, pero esta tiene su raíz más profunda en una serie de parámetros que no podemos obviar, y es precisamente en ello donde debemos fundamentar la necesidad de renovar y reciclar constantemente los conocimientos, puesto que la aplicación de los mismos, debe adaptarse a las necesidades de una sociedad en constante cambio. La resolución de los conflictos en sede judicial, o fuera de ella través de la Mediación, requiere la presencia de profesionales muy preparados en su formación inicial pero en constante crecimiento, adaptándose a las bondades que las nuevas tecnologías proporcionan a los formadores, para crear un vínculo constante entre alumno y Centro de enseñanza donde tengamos a un toque de clic, la solución a nuestras necesidades de actualizar lo que sabemos y lo que aplicamos.

Una sólida vinculación entre la teoría y la práctica, es la clave para que en disciplinas como el Derecho, no queden nuestros conocimientos expuestos al azar de los cambios políticos, y tengamos la certeza y seguridad de contar con verdaderos profesionales de la enseñanza, cualificados para poner a disposición de sus alumnos, su experiencia profesional. De esta relación se van a beneficiar tanto el formador como el que recibe la misma; dando un verdadero sentido a dos conceptos, como la teoría y la práctica, que no pueden vivir separados, ni ajenos a las vicisitudes que a ambos les sucedan.

Es por esto por lo que ya desde hace unos años, se han creado centros que, una vez terminada la carrera, ofrecen a todos los recién licenciados toda esta materia práctica que no han tenido en la carrera: técnicas de resolución de casos prácticos, experiencias reales de la mano de abogados en ejercicio, orientación profesional, videos y visitas a sala.

Y mientras tanto, solo queda esperar a que esto cambie pronto.

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